RUGBY 2008.
Ha terminado el Mundial de Rugby en Francia, con un récord de público, tanto en las canchas , como frente a los televisores y plasmas.
Con motivo del encuentro de los amistosos Pumas vs Escocia, Sudáfrica vs Gales y New Zelanda vs Irlanda, parece conveniente hacer algunas reflexiones.
Parece criterioso esperar un tiempo para opinar sobre el partido vs Italia.
Bienvenidos al mundo de los negocios.
Si alguna vez el rugby fue comparado con pequeñas batallas entre países, y la confrontación de diferentes idiosincrasias y biotipo de jugadores, parece poco comprensible que todos los países pretenden jugar un mismo rugby.
Argentina tiene mucho que decir luego de su tercer puesto en el mundial de Francia.
Llamó mucho la atención, cuando desde los All Blacks, surgió el comentario de que el juego de fowards de Los Pumas, más que para admirarlo, era para respetar a esos forwards,
En el año 1976, el que sería tal vez el capitán mas “pensante” de All Blacks, G.Mourie, luego de observar el scrum argentino, dijo: “nuestros hoockers vieron lo bueno de ese scrum y quisieron imitarlo, pero luego se dieron cuenta que tenían la cabeza para otra cosa y que había otras situaciones del juego, mas interesantes.”
Por si quedaban dudas, en el primer scrum le comenté a Ms Mesan, el refere: "Señor, él quitó sus hombros y colapsó el scrum y cobró penal".
Al mismo tiempo, el otro gran capitán A. Otaño, comentaba con respeto a ese equipo: “los fowards de negro tienen una “vocación” por ir al piso, que no se puede equilibrar.”
Ahora la vocación es nuestra.
Pasaron treinta años y mucha agua bajo los puentes llamados fowards, medios, backs,
Entrenadores, Referes, estadios,
Si bien el negocio y el juego de defensas parece ser lo mas importante en el rugby, el juego del rugby siempre fue definido como “un juego de ataque”.
Es que allí reside el "divertimento”.
Y el divertimento produce un “show”.
Y el show, cuando hay mucho dinero de por medio produce el “show business”
Y el show business tiene sus “productores y agentes”
Entonces, además de enseñar el scrum, el ruck y el maul, se deberá enseñar sobre el show business en otros tiempos de la vida de un rugbier.
Primero un jugador, luego un refere, después un entrenador, luego un directivo, mas tarde un gerenciador.
Entonces todo quedará en el mundo del rugby, para rugbiers.
Quienes pensaron esas estrategias de ataque nos dejan su mensaje, Villepreux en Francia, J Glesson en Nueva Zelanda, C James en Gales, Dikinson en Escocia, Mallet en Sudáfrica, M Ella en Australia, Aswhort en Inglaterra, O Sullivan en Irlanda, Serevi en Fiji.
Luego pasaron algunos años y sorprendió que los antiguos jefes de estrategias pasaran a comandar los equipos que fueron adversarios históricos.
Entonces valdrían algunas comparaciones históricas, si de batallas hablamos.
Laertes de Esparta, se pasa y comanda el ejército persa vs Esparta, o Espartaco se pasa y pelea para el César, o Atila se pone a aconsejar a los cristianos de Roma, o Napoleón se pone al mando de las tropas inglesas o tantas idas y vueltas.
Recordemos que antes del mundial de Francia, los neocelandeses estaban entrenando la mayoría de los distintos seleccionados que irían al mundial.
Actualmente el coach de los All Blacks, entrena a los australianos, ayer el coach de los All Blacks, llegaba a Gales para ponerlos al tanto del rugby moderno, mientras que el de Escocia y Lions, bajaba a Inglaterra para encabezar el staff del Bath.
Lógica consecuencia, la gran mayoría de los equipos, preferentemente los Seleccionados, juegan a lo mismo.
Habrá terminado para siempre el juego de manos de los forwards franceses, el ruck de los neocelandeses, la velocidad de los backs australianos, la genialidad de los backs galeses, la fiereza del pack escocés, la irresponsabilidad de los irlandeses, la fuerza física de los sudafricanos, las excentricidades de los fijianos, la austeridad y ortodoxia de los ingleses, el poderío de los argentinos en el scrum y su potencia en los centros.¿?
Podríamos hacer un ensayo sobre distintas técnicas que emplean los jugadores en este rugby del 2008.
El rugby cañón, cada jugador que obtenga la pelota en su campo, pateará lo mas lejos posible la pelota hacia campo contrario, pero sin sacar al touch.
El rugby topolino, cada jugador que tome una pelota dividida avanzará por debajo de su centro de gravedad hasta chocar otro jugador, si es contrario mucho mejor.
El rugby taurino, cada jugador que tome la pelota, simulando un toro, bajará su cabeza y embestirá lo más próximo, si es un contrario mucho mejor.
El rugby misilístico, en el line-out se proyectará al saltador hacia lo alto y habrá que esperar hasta que baje para poder seguir jugando.
El rugby olímpico 400 mts con vallas, que practican los centros para esquivar las defensas.
El rugby salto ornamental, que deben practicar los Full-Back ante el cañoneo constante del contrario al ir a buscar con un gran salto el Kick correspondiente.
Claro que para que estas denominaciones parezcan mas ciertas podemos probar con su traducción al inglés.
Actualmente el jugador de rugby sufre del síndrome “rebotero”.
Este mal que afecta a la gran mayoría de los jugadores de primera y de los Seleccionados, consiste en una manía persecutoria que hace que el jugador una vez que toma contacto con la pelota, empieza una serie de robotes contra el adversario, pero muchas veces con sus propios compañeros y va y viene en dos o tres metros cuadrados, para caer al fin agotado al piso.
Pero esto es solo el comienzo de una “fase del juego”, es llamado inmediatamente por algún compañero para que colabore en un nuevo emprendimiento rebotero.
Esto termina, finalmente con el pitazo del referee para formar un scrum u otorgar un penal.
Hace unos cuantos años, quienes comandaban en ese entonces el incipiente negocio de los Mundiales, comentaban enardecidos, “el rugby busca el jugador completo, el atleta, en cada puesto debe haber un atleta de alta competencia”
El tiempo de encargó, mediante el rediseño de las camisetas, de demostrar que este objetivo se había cumplido.
Salvo algunos "pequeños jugadores”, el resto es una suma de 110 kg y 1,90 mts de altura.
Pero debemos agregar que estos atletas se movilizan dentro de la cancha a velocidades tremendas, por lo que es frecuente observar choques de todo tipo y color.
Quienes están cercanos a estos accidentes, no dudan un instante en volver a chocarlos, con el fin de liberar rápidamente la pelota.
Si el equipo tiene jugadores destacados, saldrá la pelota, sino se volverá a repetir el choque del choque anterior y así seguiremos hasta cuando “suene el silbato”.
Este era el título de uno de los primeros libros que llegaron a nuestras costas. ¿Habrá que volver a leerlo o tratará sobre un deporte parecido ?..
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