domingo, 10 de enero de 2010

EL GOLDEN BOY



Personaje particular, este Martín Redrado, nunca pasa ni pasará desapercibido, experto en marketing personal y en manejo del periodismo mediático, hoy es la figura del verano.

Corrían los primeros años de la década del 90 y promovido por Bernardo Neustadt, Carlos Menem lo designa al frente de la Comisión Nacional de Valores (CNV) un importante organismo que controla el mercado de capitales esencialmente.

Es bueno recordar como Redrado desde Estados Unidos, donde trabajaba en el Pacific Bank, se las arreglaba para pasarle información de finanzas internacionales al periodista mas escuchado de ese entonces, Don Bernardo Neustadt, Martín bien sabía que estar en los medios era la forma de no irse nunca y estar presente siempre. Neustadt lo compró y lo vendió. Al estilo inigualable de ese entonces.

Martín Redrado, viene a Buenos Aires y se hace cargo de la CNV, nunca este oscuro organismo tuvo tanto protagonismo en su historia. Es claro, el incipiente mercado de capitales argentino era una fiesta y la salida a la Bolsa de empresas como las telefónicas, las eléctricas y SEVEL, daban pie para que el “Golden” hiciera de sus presencias mediáticas una estrategia de promoción, discutible por la imparcialidad que se precia en estos cargos, incluso el ofrecimiento de oferta pública de SEVEL trajo sus bemoles. Se cuenta que se infló el preció, que benefició a las familias Macri y Blanco Villegas, de una empresa donde solo en dos años vencía el contrato con la Peugeot y poco después con la Fiat. En ese accionar,algunos comentaristas de la City porteña, responsabilizan a Martín, ya que la acción se lanzó en 17 pesos y a los pocos meses apenas valía 4, y terminó desapareciendo.

Genio y figura, tiene en su vida aristas curiosas, no se destacó por sus grandes estudios, ni grandes trabajos en bancos del exterior de primer nivel. Si por su extraordinario manejo ante los medios, su estudiada y correcta dicción y su, en definitiva, impagable control de si mismo.

Tenaz y persistente, se cuanta la anécdota que para conquistar a su actual mujer supo soportar con entereza varias negativas hasta conquistarla. La anécdota parte cuando ante la precariedad de los elementos que contaba en los despachos de la CNV, le pidió a un amigo, editor de la principal revista de negocios de la época, una mano, sin vacilar su amigo le ofreció su secretaria por unos días. Esta, deslumbrante, no tardó en encandilar al impertérrito “joven maravilla”. Cumplido su ciclo volvió a su trabajo anterior, y era usual ver al novel funcionario en Av. de Mayo y Perú con un ramo de flores esperando a su futura, quien lo evadía, pero no tanto, pues la persistencia de este hombre es su marca.
Siempre logra lo que quiere.

En pleno auge de Domingo Cavallo, lo enfrentó y si bien perdió la partida, no quedó mal su figura, ya que el ministro en esos tiempos ya no tenía la popularidad de antaño.

Cuidadoso de su figura, bien vestido, cuentan que hasta contrataba un fotógrafo personal para distribuir las fotografías sólo de un determinado perfil, peinado con estilo.
Nunca pierde la compostura. Se desconoce aún por que no utiliza el “Pérez” de su apellido, su firma Martín P. Redrado o Martín Redrado, obvia el “Pérez”, será algún resabio social; un perfecto “self made man”. Redrado pertenece al otrora exclusivo Jockey Club y se lo suele ver jugando al golf los fines de semana, deporte que practica con grandes aptitudes y que demuestra su personalidad, un gran control de su carácter y nervios.

Creador de la Fundación Capital, supo promocionarla entre las primeras como emisora de informes económicos macro, con la indispensable colaboración del economista Carlos Pérez, un incondicional.

Al aceptar en el 2005, el cargo de Presidente del BCRA, Martín Redrado asume otra faceta de su personalidad, un perfil bajísimo y técnico, como corresponde a quien ejerce ese importante cargo. No le cuesta mucho destacarse, forma parte de un gobierno de primates y elefantes en un bazar, le alcanza y sobra su educación y cultura general.

Cabe agregar que no es muy querido entre sus colegas, quizás por su estilo, pero sí a esta altura, respetado.

Hoy es la figura de la semana, provocó la mayor crisis del gobierno de Kirchner en su historia, con final abierto, siga o no como Presidente del Banco Central, ya su personaje ha ganado más y hasta se ha transformado en popular. No en vano siempre es mencionado como ministeriable, ahora seguro, va por más.