Algunas consideraciones: Alberto Iribarne hace rato que quiere bajarse de la candidatura y lo caprichoso de Cristina es insistir con el tema. Incluso fué él, el primero en plantear este tema, lo cual debe mencionarse un error mayúsculo de la Cancillería en la persona de Jorge Taiana, quien hace tiempo que deberìa haber renunciado.
La nota que sigue es de Carlos Acuña y transmite nuestro patètico aislamiento.
FRACASO DE CRISTINA EN SU VISITA A ROMA
A cuenta gotas y en medio de la ausencia de informaciones oficiales respecto del resultado del viaje de Cristina Fernández de Kirchner a Roma para tratar el problema alimenticio mundial, por distintas vías se sabe que la gira presidencial tuvo ingratos resultados.
En el campo estrictamente político, el líder triunfante en las elecciones de la derecha italiana, Berlusconi, se negó a recibir a la presidente de la Argentina pese a la importancia de todo tipo que relaciona a los dos países. Posiblemente, ante ese desaire, Cristina Fernández de Kirchner haya reparado en lo que podemos definir como el aislamiento internacional en que se ha sumido a nuestro país y las inexplicables conclusiones a que llegan los observadores extranjeros sobre las alternativas de nuestra política interna.
Posiblemente, no fueron pocos los que se preguntaban el papel de la primer magistrado en una asamblea sobre los alimentos, cuando la política oficial local atenta contra la producción mientras caen sistemáticamente nuestra exportaciones.
Respecto del Vaticano, el Secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone - uno de los hombres más influyentes en el papado de Benedicto 16 - recibió a Cristina de pie en uno de los pasillos de acceso a su despacho. En la oportunidad, la presidente Cristina intentó entregarle un sobre con consideraciones referidas a la fracasada designación del embajador argentino ante la Santa Sede, Dr. Iribarne, por vulnerar estrictas y nunca vulneradas normas relacionadas con su situación matrimonial, pero el prelado, sin abandonar su sonrisa le respondió que ya se había tomado una decisión, que ésta era inamovible y que por lo tanto, era mejor que ella se guardara el sobre.
El desplante - por así decirlo -culminó cuando Cristina Fernández de Kirchner intentó abordar el tema de la designación del Obispo Castrense en reemplazo de Monseñor Baseotto, con quien el gobierno tuvo un encontronazo que abrió hondas fisuras en la relación entre el gobierno Argentino y la Iglesia.
El tema fue drásticamente respondido por Bertone quien le reiteró lo que ya se sabía: se trata de un tema de estricta responsabilidad del Santo Padre, pues la designación del Obispo correspondiente es privativo de ese nivel superior, circunstancia que todavía parece ser ignorada por el gobierno argentino.
Como antecedente de esta situación hay que recordar la urgente citación al cardenal Jorge Bergoglio quien debió viajar a La Santa Sede para informar directamente sobre la situación del país y sólo cabe esperar la urgente reunión que hoy efectúa la Conferencia Episcopal Argentina que se apresta a difundir esta tarde un importante documento.
CARLOS MANUEL ACUÑA
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