domingo, 7 de octubre de 2012

EN POCAS PALABRAS: "Falló la conducción política"



FALLO LA CONDUCCIÓN POLÍTICA
Por ALBERTO IRIBARNE*

Algo ha fallado, y por eso se llegó a la situación actual. Ese “algo” que falló es la conducción política de las fuerzas de seguridad. La conducción política de las fuerzas significa su subordinación a las autoridades civiles para que no haya nada parecido a un autogobierno.
Pero lo que la conducción política debe hacer es: definir los objetivos y las prioridades (qué hay que hacer), determinar las pautas generales (cómo hacerlo); controlar mediante mecanismos adecuados de auditoría que lo anterior se cumpla; corregir y sancionar cuando corresponda, y también respaldar y apoyar a las fuerzas que cumplen adecuadamente con su deber. Incluye, además, la obligación de garantizar los recursos necesarios para ejercer sus funciones, así como la formación y la capacitación del personal. Lamentablemente las autoridades nada de esto han hecho. Por el contrario, su política ha sido errática, confusa, improvisada y plagada de internismos, de poco apego a las normas y con la arbitrariedad como regla. Esto conllevaba el peligro de que esta práctica se extendiera a los subordinados. Y esto sucedió cuando, de manera realmente increíble por la torpeza, se redujeron los salarios de los integrantes de Prefectura y Gendarmería. El “si todos truchan por qué no lo vamos a hacer nosotros” se puede propagar como reguero de pólvora. Si se puede hacer el Vatayón Militante en las cárceles y no se “criminaliza la protesta social”, sin mayores precisiones sobre qué se entiende por ésta, por qué no pueden reclamar en asamblea prefectos y gendarmes. Pero, por otra parte, si se tienen en cuenta las características de Gendarmería y Prefectura, esto es, ser fuerzas absolutamente disciplinadas, cuyos integrantes se manifiesten del modo en que lo están haciendo, rompiendo su comportamiento histórico, es porque el hartazgo ha superado todo límite.
Lo que se está poniendo de manifiesto es la no sustentabilidad de un “modelo de conducción” basado precisamente en la arbitrariedad, el capricho y el no respeto a la Ley.

*Ex ministro de Justicia de Néstor Kirchner.

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