martes, 24 de febrero de 2009

W II


Dijo su director Oliver Stone, “¿Cómo pudo este tipo convertirse en presidente? Es increíble. Es un hombre ordinario, ni siquiera sabe hablar, farfulla.” El director agregó también “es una historia inverosímil”. Efectivamente pero lo inverosímil cada vez es mas parecido a la realidad, y la realidad muchas veces lo supera.Este hombre ordinario, del sur, que habla mal, arrastra las eses y no puede mirar fijo, se ha convertido en el hombre más poderoso del país.
Con su rencor y resentimiento, su subjetividad a flor de piel mas un análisis anormal de la realidad política. Ha desatado la tormenta más impensada en nuestro territorio, la vuelta a lo peor de nuestro pasado: de la violencia, de la anomia social, del desorden cívico y del odio entre hermanos.
Con un discurso de una hipocresía llamativa ha dado por tierra con los pocos valores que quedaban en la sociedad. Su afición a quebrar las normas establecidas incluso la ley vigente han dado pie a uno de los períodos más oscuros de la política y su consecuencia: la corrupción.
Siempre debió ser un “improbable presidente” pero…el diablo metió la cola, y un señor lo puso en un pedestal ayudado de un momento histórico también improbable. En fin una serie de horrores que se dieron en conjunto, le dieron al “improbable” lo que no debió ser. La Presidencia de La Nación.
Hoy se empiezan a pagar sus desatinos cada vez mas vigentes, hoy muchos dirigentes que “inocentemente” y en forma oportunista, lo apoyaban, empiezan a huir hacia delante.
Pero todavía hay hilo para cortar.
Por que detrás de todo gran hombre, dicen, siempre hay una gran mujer. ¿Porque no detrás del improbable no debería haber otra improbable presidente?. Que con mejor verba pero con el mismo rencor, mirada torva, resentimiento y gran soberbia continúa la inconmensurable obra del “improbable”. Da gusto escuchar sus discursos, el primer mundo tiembla ante su enardecida oralidad, su provincialismo berreta y resentimiento típico de la venida a más y que “quiere y no puede”, siempre le juegan una mala pasada.
Hoy, todos los defectos del compatriota medio, tan bien relatados por Jauretche, se ven en la “pareja improbable”. Todas las condiciones por la cual no nos quieren en el resto del mundo, se reflejan en los “improbables”. Las tienen todas y no las disimulan, las exacerban y se sienten orgullosos. Un coro de ángeles adulones los sigue a troche y moche, aunque cada vez son menos.
Gracias a ellos importaremos carne y trigo el año que viene, habrá mas pobreza, mas caos, mas hambre en un país "granero del mundo". Unos genios
Se supone que no hay mal que dure 100 años. En fin habrá que ver la película, las críticas la ven muy americana, aunque generalmente Oliver Stone no defrauda. Ah, el papel del presidente lo hace Josh Brolin,(“no hay lugar para los débiles”), buen actor.
Para ella pensaron en Bette Davis, pero ya no está entre nosotros, lamentablemente.

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