NISMAN : ÚLTIMOS DÍAS DE LA VICTIMA

Al "Rusito", siempre le molestó ese sobrenombre, típico de Tribunales, donde los empleados de origen judío brillan por su ausencia, pero él lo logró, pudo entrar y la vocación la tiene, bien por el Rusito.
Se lo dijo asimismo, je! vieron como llegó el rusito!, vieron como los puso contra la pared, je, desconfiaban del Ruso, bueno acá lo tienen solo y contra todos, como Rambo o Rambovich.

Era un fin de semana largo y sólo más allá de todos los papeles, pruebas y grabaciones que tenía que ordenar, no dejaba de pensar de su carrera, estaba ansioso, se sentía bien, un poco nervioso pero bien, sabía que la oposición lo iba a escuchar y lo iba a acompañar. Mas allá del miedo que a veces produce estos ataques mediáticos de los alcahuetes de Cristina de siempre. No lo podían tocar.

Se acordó de sus hijas y las lágrimas casi salen, maldecía haberse peleado con Sandra y dejado a su hija sola en el aeropuerto, pero bueno, era la ley de juego, la vida que había aceptado.

Se acordó de la diputada y la llamó para pedirle charlar un rato, le gustaba esa diputada, la hacía acordar a la Sandra del principio, además si se sacaba los anteojos era linda, lindísima y como si fuera poco iba al frente, como él, el Rusito.

Vino con la Bullrich, otra mina piola, pensó. Le preocupaba el clima previo que se había creado para la reunión en el Congreso y por su seguridad, lo calmaron, le dijeron que no se haga drama que mas allá de un insulto no se iba a comer, "esto es usual" en el Congreso, le completó Patricia, bueno allá iremos, se dijo asimismo y se tomaron un café cambiando ideas. Le gustaba que las diputadas lo apoyaran y le creyeran. Hasta llegó a decirles, "si ustedes escucharan las grabaciones se caerían de espanto", pero bueno paso a paso.

Conti, Aníbal, Kunkel, Gils Carbó, Cristina ni se imaginan la bomba que tengo, o mas bien sí se la imaginan y por eso chillan. Qué diferencia con el marido, pensó, que le habrá visto.

El sería el Fiscal de la República, nada será igual para ellos. A partir de mañana.

Se quedó solo otra vez, por las dudas, se dijo, lo llamo a Lagomarsino para que me traiga un fierro, se que tiene un 22, me va a entender y es hombre mio, me debe varias.

Lo hizo, sin dejar de tomar un café con su empleado de informática y hombre de seguridad del software, él sabía el contenido de todas las pruebas.

Se calmó, afuera había un dia espléndido, habló por enésima vez con James, el le decía así, no era muy original, por Bond obvio. Tenía todo controlado, aunque estaba inquieto, se tomó un clonazepam 0,5 mg. poco para no dormirse y estar alerta.

Despachó la Seguridad, y les dijo que vinieran al otro día a las once, no les tenía confianza, pero era lo que había.

Se recostó, se puso una remera y un short azul, fué al baño, se miró al espejo se vió bien, prolijo, buen mozo, je! hasta se guiñó el ojo, en esa soledad ansiosa...

No volvió a salir...


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